en el contexto de los derechos humanos, la equidad y el funcionamiento de un sistema judicial imparcial. Se refiere a la idea de que todas las personas, sin importar su origen, género, raza, estatus social, económico o político, deben ser tratadas con igualdad ante la ley y recibir un trato justo en cualquier proceso judicial o administrativo.
Un país con justicia e inclusión es aquel que asegura que todas las personas, sin importar sus diferencias, sean tratadas con dignidad, respeto y equidad, y que sus derechos fundamentales sean protegidos y promovidos. Se trata de un entorno donde la justicia social, la igualdad de oportunidades y el respeto por la diversidad son los pilares para el desarrollo y el bienestar de toda la sociedad.
La justicia que resuelve problemas es un enfoque más integrador y preventivo que se enfoca en restaurar la paz social, reparar los daños y resolver los conflictos de manera que todas las partes involucradas encuentren una solución equitativa y duradera. Promueve la rehabilitación, la participación de la comunidad y el respeto por los derechos de las personas, y busca crear condiciones para evitar que los problemas se repitan.