Un nuevo sistema de salud pública es fundamental para enfrentar los desafíos modernos de salud, desde enfermedades emergentes hasta el envejecimiento de la población, pasando por el acceso desigual a los servicios y el impacto del cambio climático. La clave está en prevenir, educar y garantizar el acceso a atención de calidad, con un enfoque en la equidad, la innovación tecnológica y la sostenibilidad. Este nuevo sistema debe adaptarse a las necesidades de las personas y las comunidades, promover la salud integral y ser capaz de afrontar futuras crisis sanitarias de manera eficiente y equitativa